14 mayo, 2012

Historias del Espacio Exterior.

Cuando era pequeña, me podía pasar horas completas, mirando perpleja al espacio, a las estrellas, a mis queridos astros, através de los oscuros barrotes de mi ventana. Siempre lo hacía antes de dormir, no descansaba tranquila si no era así. Muchas noches me despertaba de madrugada, y me acercaba, observando el brillo y los colores del infinito cielo azul medianoche.
Imaginándome qué cosas habría por allí, qué mundos, y qué historias.
No había ni una noche de verano que no me la pasara así. A veces me entraba un poco de miedo, pero sobretodo tenía esa misteriosa intriga de saber qué había más allá de mi alcance.
Es uno de los pocos recuerdos que tengo de esas épocas, cuando era soñadora y inventaba mil cosas sin tener otras preocupaciones
Muchas veces jugaba a intentar encontrar la Osa Mayor, y a formar mis propias constelaciones, con formas tan enrevesadas como simples.
Jugaba a imaginar nuevos planetas con seres fantásticos, con robots y montones de cables, que parecían salidos de un episodio de Futurama o Parque Jurásico.
Pero ya a penas se ven como antes, sólo se escuchan los grillos, y el cielo se tiñe de tinta negra permanente.

Cómo me gustaría volver a esos tiempos, volver a ser pequeña, más de lo que todavía soy.


1 comentario:

  1. Sí, a veces nos gustaría volver a ser pequeños y no tener preocupaciones, pero recuerda que, aunque crezcamos, hay cosas que no tienen que cambiar.
    Sigue soñando y sigue mirando al cielo cada noche antes de irte a la cama. No dejes que el tiempo cambie eso.
    Nos leemos :)
    ¡Un besito!

    ResponderEliminar

Nubes~