Ella.

Ella era ese tipo de chica, de las que soñaban con la nocilla y cereales de sabores. Mundos de caramelos. Mundos dulces en los que el amor era prohibido, y lo prohibido era bien recibido.

Muchos pensaban que era una adolescente, una niña-adolescente, que aparentaba tener 16 y se comportaba como si tuviese 10 años menos.

Se enamoraba del primero que pasaba, pensando que algún día se podría convertir en su príncipe azul, en su Peter Pan, en su romance para toda la vida. Llevaba calcetines del color del arco iris, y sus ojos eran azules como el cielo en verano.

Estudiaba arte, y soñaba con castillos echos de cristal y con lienzos infinitos echos de colores rosados, que contaban historias emocionantes.

Su pelo atraía miradas y su sonrisa iluminaba días oscuros,

hasta que llegó

Él.